
En la vida necesitamos sentir. Pero, además de sentir, necesitamos pensar, usar la cabeza. Nada es azar. La vida es compleja. Y para poder comprenderla necesitamos del corazón y la cabeza. De ambos. Sentir es fácil. Lo difícil es sentir adecuadamente. Por eso necesitamos usar la cabeza. El corazón para sentir ordenadamente necesita del pensamiento. No basta con sentir. Es necesario pensar. Sentir debe ser un compromiso. Porque nosotros cuando sentimos nos comprometemos. El corazón no funciona porque sí realmente funciona porque elijo que funcione. Cada persona elige lo que quiere vivir y lo que quiere hacer con su vida. Sin embargo, no todos eligen bien. A algunos individuos les ha costado la vida elegir mal. En la vida todos los caminos no son iguales. No todos los caminos conducen a Roma. Hay caminos que conducen a la muerte, a la soledad, a la angustia, a una existencia si sentido. Es por esto, que cada vez que tengamos que elegir un camino, debemos cuestionarnos a nosotros mismos. Charles Peguy dijo: “No tema hacer preguntas tontas, es mejor atender a ellas que a los errores tontos”. Hay que utilizar la cabeza. Sentir es importante, pero sentir y pensar al mismo tiempo, es muchísimo más importante.