Hace unos meses vi el film Mentiroso, Mentiroso, (1997) donde se cuenta la historia de Fletcher Reede (Jim Carrey), un abogado que tiene mucho éxito en su profesión porque... no sabe hacer otra cosa que mentir, mentir y mentir. Le miente al juez, a los fiscales, a sus jefes, a su ex-esposa Audre y a su pequeño hijo Max. Entonces, su hijo Max, cansado de que su padre le prometa cosas que jamás llega a cumplir, el día de su quinto cumpleaños, Max pide un deseo, precisamente pide que Fletcher no pueda decir ni una sola mentira durante 24 horas. Cuando el deseo se hace realidad, el mentiroso abogado queda al desnudo. De pronto no puede mentir. Ahora que sólo puede decir la verdad, Fletcher tiene que apurarse para mantener su trabajo a flote y evitar que su esposa se lleve a su hijo a vivir a otra ciudad. Básicamente me encanto el film porque trata sobre las consecuencias de la mentira. Ahora, quiero que abordemos juntos que significa mentir y que consecuencias incluye. Ante todo hay que decir que una mentira siempre esconde en forma parcial o total la realidad. Una mentira es una declaración realizada con el firme propósito de hacerle creer a otros lo que decimos, aunque la información que decidimos transmitir sea verdad. A las personas que dicen mentiras, como es el caso del abogado Fletcher, se les llama mentirosos. El mentiroso quiere engañar intencionalmente. En su ensayo On Bullshit el filósofo de Princeton, Harry Frankfurt sugiere que un mentiroso se diferencia de una persona que dice la verdad en el hecho de que el mentiroso quiere esconder la verdad mientras que el otro la quiere revelar. Por otra parte, San Agustín distingue ocho tipos de mentiras: las mentiras en la enseñanza religiosa; las mentiras que hacen daño y no ayudan a nadie; las que hacen daño y sí ayudan a alguien; las mentiras que surgen por el mero placer de mentir; las mentiras dichas para complacer a los demás en un discurso; las mentiras que no hacen daño y ayudan a alguien; las mentiras que no hacen daño y pueden salvar la vida de alguien; y las mentiras que no hacen daño y protegen la "puridad" de alguien. Asimismo, San Agustín aclara que las "mentirijillas" no son en realidad mentiras. En fin, creo que cualquiera sea el tamaño de la mentira implica consecuencias que en vez de atenuar un conflicto, lo intensifican. El acto de mentir representa una simulación o fingimiento. Cuando el mentiroso es encontrado en una de sus mentiras en seguida es etiquetado como una persona que no es digna de confianza. El filósofo Leo Strauss acentuó la necesidad de mentir para ocultar una posición estratégica, o para ayudar a la diplomacia. Esperar que las mentiras desaparezcan completamente en la política, en la justicia o en la diplomacia es algo virtualmente imposible. Un experto en psicología jurídica, Miguel Hierro, afirma que mentir es como padecer un catarro, le puede agarrar a cualquiera. Además, argumenta que el mentiroso tiene muy desarrolladas sus habilidades sociales, es una persona extrovertida y por todo esto, resulta convincente. Después de haber abordado las implicancias del mentir, creo que es válido que el mentiroso cuestioné su simulado comportamiento, dándose cuenta que las mentiras dañarán su reputación y lo sumergirán en un río, cuya corriente lo arrastrará hacia la soledad interpersonal. “El que dice una mentira no sabe qué tarea ha asumido, porque estará obligado a inventar veinte más para sostener la certeza de esta primera”, dijo Alexander Pope.
no lo dejes para manaña

' Hoy me preguntaron que es la felicidad para mi....y como es raro en mi; tarde en contestar y aunque termine haciéndolo , mi mente comenzó a volar, llegue increíblemente lejos me remonte a mi pasado a mi presente....SOY FELIZ?....considero que tengo mucho para ser feliz pero también creo que me falta mucho. Ser feliz es un estado del alma, a veces pensar en la felicidad nos hace retroceder al limite de pasar por cada rincón de nuestro ser,y uno piensa en las cosas pendientes, en las que por varios motivos no concluimos,y cuando hacemos una mirada para atrás ...nos encontramos que esas cosas pendientes hoy son grandes deudas y nos convertimos en morosos de la vida... y en estos momentos nos preguntamos somos felices? queremos lo que tenemos ? o aprendemos a conformarnos? Por naturaleza nosotros "personas"siempre queremos mas y mas...esta mal eso? Creo que cuando uno quiere ser feliz debe pasar por muchas pruebas y cuando logramos lo que deseamos empiezan las preguntas....la falta de sensaciones se tornan una debilidad... sera que a veces la felicidad no pasa por tener todo lo queremos sino por haberlo tenido en el momento justo.....? Sera que la felicidad es ser fiel a nosotros mismos aunque eso implique ser extremadamente infiel con las personas que tenemos al lado?.......yo me lo pregunto cada día que pasa..vos?
a veces dejamos ....huellas por rastrear
una alternativa ...para seguir adelante..
el amor a veces.. nos da el privilegio de levantarnos!!!!

si estas cansada de la vida...
DE QUE LADO ESTAS......
para vos be.....

soy feliz!

los dias pasan. Los minutos pasan. Nuestro corazón late. La realidad nunca es la misma. Nosotros cambiamos constantemente. El tiempo es el más importante componente de la vida. Muchos individuos desperdician el tiempo y ayudan a los demás para que también lo desperdicien. Y el tiempo perdido no se vuelve a recuperar jamás. El porvenir siempre está frente a nuestra nariz. El futuro muere constantemente. El presente es como un robot dinámico, pues jamás descansa. Mientras los humanos se apegan a lo efímero, la eternidad se les viene encima. Mientras algunos se apegan a los autos de moda, el devenir depara nuevos autos de moda. Muchos pierden el tiempo en trivialidades. Dios les ha dado a los mortales tiempo para que se arrepientan de sus pecados. Pero los seres humanos prefieren perder el tempo en productividades temporales antes que redimir el tiempo en productividades espirituales. Enfrascamos recuerdos sin para porque el pasado crece sin detenerse y sin mirar atrás. El tiempo cabalga a todo galope y la muerte le acompaña. El tiempo es parte de la muerte. La muerte galopa con libertad y crueldad. El Dr. Billy Graham dijo respecto a la muerte: “La muerte es un maestro consumado de la destrucción; y sus credenciales van delante de la misma: aborto, abuso, adicción, brutalidad, crimen, enfermedad, drogas, odio, lascivia, abandono, pestes, conflictos racial, violación, venganza, hambre, suicidio, violencia y guerra. Estas son las barajas de su juego”. Salomón declaró: “… tiempo de morir…”. Donde Dios está no existe el tiempo. En la eternidad el tiempo no existe. Porque el tiempo es una especie de muerte. Los humanos son victimas indefensas del tiempo. El teólogo Jhon Trapo dijo: “Hay un tiempo perfecto para que el hombre muera, el cual, si hubiera sabido todo acerca de la vida, el hubiera escogido este tiempo y no otro”. ¿Quién puede controlar el tiempo? ¿Qué son 60 minutos comparados con la eternidad? El tiempo es muy valioso. Debemos redimirlo. Debemos cuidarlo. Debemos dedicar nuestro tiempo a cosas realmente importantes. Max Lucado dijo: “Beberé cada minuto como si fuera el último. Cuando llegue el día de mañana, el día de hoy se habrá ido para siempre. Mientras este aquí, lo usare para amar y dar. Hoy marcaré un a diferencia. Dedicaré TIEMPO para estar con aquellos a quienes amo. Un hombre puede poseer todo el mundo pero ser pobre por falta de amor. Un hombre puede no tener nada pero ser rico en vínculos afectivos. En el día de hoy, dedicaré por lo menos, cinco minutos con la gente que es importante para mí. Cinco minutos de Calidad hablando o abrazando o agradeciendo o escuchando.Hoy voy a marcar una diferencia”. Mientras tú lees estas líneas, el tiempo se te está escapando rápidamente de las manos. Haroldo Conti dijo “… un minuto de la vida… es una luz deslumbrante”. Hay individuos que pierden el tiempo porque están apegados al resentimiento, el orgullo, la venganza, el pasado, los malos recuerdos, etc. El presente es lo que cuenta. Hoy es lo importante. Si cuidas el presente, el futuro se cuida sólo. El poeta Henry Wadsworth Longfellow dijo: “Nunca en el grato porvenir confíes; actúa en el Presente siempre vivo”.
2.5.08
Hace unos meses vi el film Mentiroso, Mentiroso, (1997) donde se cuenta la historia de Fletcher Reede (Jim Carrey), un abogado que tiene mucho éxito en su profesión porque... no sabe hacer otra cosa que mentir, mentir y mentir. Le miente al juez, a los fiscales, a sus jefes, a su ex-esposa Audre y a su pequeño hijo Max. Entonces, su hijo Max, cansado de que su padre le prometa cosas que jamás llega a cumplir, el día de su quinto cumpleaños, Max pide un deseo, precisamente pide que Fletcher no pueda decir ni una sola mentira durante 24 horas. Cuando el deseo se hace realidad, el mentiroso abogado queda al desnudo. De pronto no puede mentir. Ahora que sólo puede decir la verdad, Fletcher tiene que apurarse para mantener su trabajo a flote y evitar que su esposa se lleve a su hijo a vivir a otra ciudad. Básicamente me encanto el film porque trata sobre las consecuencias de la mentira. Ahora, quiero que abordemos juntos que significa mentir y que consecuencias incluye. Ante todo hay que decir que una mentira siempre esconde en forma parcial o total la realidad. Una mentira es una declaración realizada con el firme propósito de hacerle creer a otros lo que decimos, aunque la información que decidimos transmitir sea verdad. A las personas que dicen mentiras, como es el caso del abogado Fletcher, se les llama mentirosos. El mentiroso quiere engañar intencionalmente. En su ensayo On Bullshit el filósofo de Princeton, Harry Frankfurt sugiere que un mentiroso se diferencia de una persona que dice la verdad en el hecho de que el mentiroso quiere esconder la verdad mientras que el otro la quiere revelar. Por otra parte, San Agustín distingue ocho tipos de mentiras: las mentiras en la enseñanza religiosa; las mentiras que hacen daño y no ayudan a nadie; las que hacen daño y sí ayudan a alguien; las mentiras que surgen por el mero placer de mentir; las mentiras dichas para complacer a los demás en un discurso; las mentiras que no hacen daño y ayudan a alguien; las mentiras que no hacen daño y pueden salvar la vida de alguien; y las mentiras que no hacen daño y protegen la "puridad" de alguien. Asimismo, San Agustín aclara que las "mentirijillas" no son en realidad mentiras. En fin, creo que cualquiera sea el tamaño de la mentira implica consecuencias que en vez de atenuar un conflicto, lo intensifican. El acto de mentir representa una simulación o fingimiento. Cuando el mentiroso es encontrado en una de sus mentiras en seguida es etiquetado como una persona que no es digna de confianza. El filósofo Leo Strauss acentuó la necesidad de mentir para ocultar una posición estratégica, o para ayudar a la diplomacia. Esperar que las mentiras desaparezcan completamente en la política, en la justicia o en la diplomacia es algo virtualmente imposible. Un experto en psicología jurídica, Miguel Hierro, afirma que mentir es como padecer un catarro, le puede agarrar a cualquiera. Además, argumenta que el mentiroso tiene muy desarrolladas sus habilidades sociales, es una persona extrovertida y por todo esto, resulta convincente. Después de haber abordado las implicancias del mentir, creo que es válido que el mentiroso cuestioné su simulado comportamiento, dándose cuenta que las mentiras dañarán su reputación y lo sumergirán en un río, cuya corriente lo arrastrará hacia la soledad interpersonal. “El que dice una mentira no sabe qué tarea ha asumido, porque estará obligado a inventar veinte más para sostener la certeza de esta primera”, dijo Alexander Pope.
29.4.08
me quejo..te quejas!!!!bastaaaa

La queja es una expresión de disgusto, enfado o disconformidad. Admito que muchas veces me he quejado y también he escuchado quejas de los demás. Yo por mi parte me he quejado del calor en verano y del frío en invierno. Es decir, me he quejado en todas las épocas del año. Además, he escuchado quejas de otros sobre el trabajo, el desempleo, la economía, la sequía, las inundaciones, el precio de la carne, el aumento del combustible. Aunque muchas de las quejas que he escuchado son válidas, no estoy de acuerdo con la queja que fomenta el pesimismo.
Una cosa es el reclamo, que busca la resolución de un conflicto, que busca la respuesta a una pregunta, porque reclamar es moverse hacia algo, hacia alguien, lo cual implica la acción de llamar, de golpear puertas, de llamar por teléfono, de escribir e-mail o cartas, en fin, de hacerse oír. Muchas veces la queja esta bien orientada porque esta edificada sobre el reclamo, pero otras veces, y esta es la queja que detesto, esta basada en la disconformidad, el disgusto, el enfado.
Seguramente has conversado alguna vez con una persona adicta a la queja. Siempre habla de lo mal que esta todo. Si tiene trabajo, se queja porque dice que no gana lo suficiente. Si gana lo suficiente, sigue diciendo, por el simple hecho de quejarse, que no le sigue alcanzando. Hace esto porque es quejoso. Lo que le pasa es que es un infeliz. El que se queja sin proponer soluciones tiene la cabeza hueca. Se supone que si nos quejamos es porque sabemos lo que se debe hacer. Es porque tenemos una idea y podemos transmitirla a través de conceptos, pensamientos.
De hecho, el objetivo de quejarse es un ejercicio de debate entre varios interlocutores. Los demás emiten sus opiniones, dicen lo que piensan y después de conocer y entender el contexto y el texto de la situación en la que nos encontramos, nos toca a nosotros lanzar nuestras opiniones al cuadrilátero. Así pues, cuando nos quejemos no lo hagamos con el propósito de acosar moralmente al interlocutor sino con el fin de comunicarnos y reflexionar juntos.
Bueno, he dicho brevemente lo que pienso sobre quejarse con buenos modales, pero también tengo que decir que si nuestras quejas están basadas en el antagonismo y la rivalidad vamos por mal camino. Si nos peleamos por pensar diferente, nuestras quejas nos alejarán y es posible que también nos lleven a la violencia. Un viejo proverbio dice que dos personas no pueden andar juntas si no se ponen de acuerdo.
Entonces, si nos vamos a quejar también declaremos nuestro reclamo, siempre con coherencia y lucidez. Elaboremos un análisis de las bases que sustentan nuestra queja, generemos soluciones al respecto, evaluemos propuestas, gestionemos una cita con la persona indicada, discutamos el problema y finalmente hagámosle un seguimiento a nuestra queja, y sobre todas las cosas no seamos pesimistas.