“¿Tenés novio?”, le preguntó SANTI a una chica que recién conocía en el boliche. Para sorpresa del pibe la chica contestó: “No tengo novio, pero salgo con alguien…”. La respuesta de la fulana parece moderna, tiene onda, pero lo que se oculta debajo de esta frase canchera es nada más y nada menos que el auto-desprecio. Antes para que un hombre pueda conquistar a una mujer había que pasar por una serie de rituales, idas y vueltas. Generalmente las mujeres no decían que si a la primera. Tendían a hacerse valer. El que quería a Celeste le tenía que costar. Había que mostrar respeto, virilidad, hombría y sobre todo ganas de trabajar. Ahora estamos viviendo una época distinta a la de antes y es común ver en la calle al vago que anda de la mano con una flor de mina. La gente ya no habla de noviazgo, habla simplemente de “salir”. Si te gusta alguien y esta buena por supuesto, salís y punto. Y si después de un tiempo ves que no te gusta el carácter de esa persona la dejas y listo. A ese nivel vivimos.
Lo que rige las relaciones entre los sexos es la permisividad, la desconfianza y el utilitarismo. El sexo reemplazo al amor. En una verdadera relación de pareja el sexo es un encuentro afectivo, psicológico, emocional y espiritual. Pero cuando no hay amor el otro es un objeto anónimo. Un amigo me contó que se acostó con una chica y no la vio más. Y para su sorpresa ni el nombre sabía. En realidad nunca se lo preguntó, fueron directo al grano. ¡Que bajo cayo todo!
Bueno, siguiendo con el tema de salir, creo que el noviazgo es un concepto desvalorizado. El consumo de sexo compensa un problema de identidad. La persona inmadura que busca sexo indiscriminado en realidad desea afecto. El problema es que su analfabetismo sentimental le incapacita para poder acercarse al otro. “No tengo novio, pero salgo con alguien”. Creo que esta frase esconde el vacío la identidad desvirtuada que caracteriza a la gente de hoy. “No tengo novio/a, pero salgo con alguien”,-dicen todos, o casi todos. De este modo, tanto los hombres como las mujeres se boicotean la dignidad recíprocamente. Las relaciones sin compromiso alimentan los vicios y las torcidas pasiones. Son relaciones free, rápidas, ligeras. Los protagonistas de este tipo de vínculos conocen cabalmente el A, B, C del levante ideal. Picotear y zafar sin heridas es la actitud de una persona que la tiene clara. Los consumidores de las relaciones free son individuos que están “juntos” pero que no tienen ningún futuro previsible y no siquiera una pizca de compromiso. Picotear aquí y allá parece que levanta la autoestima, peso esa sensación de realización afectiva es pasajera y a la larga genera desamor y amargura, sin satisfacer plenamente las verdaderas necesidades afectivas de las personas. La levedad es insoportable. La chica citada al principio del artículo, la cual no tiene novio, pero sale con alguien, entiende
muy bien lo que es la insoportable levedad del ser.
Lo que rige las relaciones entre los sexos es la permisividad, la desconfianza y el utilitarismo. El sexo reemplazo al amor. En una verdadera relación de pareja el sexo es un encuentro afectivo, psicológico, emocional y espiritual. Pero cuando no hay amor el otro es un objeto anónimo. Un amigo me contó que se acostó con una chica y no la vio más. Y para su sorpresa ni el nombre sabía. En realidad nunca se lo preguntó, fueron directo al grano. ¡Que bajo cayo todo!
Bueno, siguiendo con el tema de salir, creo que el noviazgo es un concepto desvalorizado. El consumo de sexo compensa un problema de identidad. La persona inmadura que busca sexo indiscriminado en realidad desea afecto. El problema es que su analfabetismo sentimental le incapacita para poder acercarse al otro. “No tengo novio, pero salgo con alguien”. Creo que esta frase esconde el vacío la identidad desvirtuada que caracteriza a la gente de hoy. “No tengo novio/a, pero salgo con alguien”,-dicen todos, o casi todos. De este modo, tanto los hombres como las mujeres se boicotean la dignidad recíprocamente. Las relaciones sin compromiso alimentan los vicios y las torcidas pasiones. Son relaciones free, rápidas, ligeras. Los protagonistas de este tipo de vínculos conocen cabalmente el A, B, C del levante ideal. Picotear y zafar sin heridas es la actitud de una persona que la tiene clara. Los consumidores de las relaciones free son individuos que están “juntos” pero que no tienen ningún futuro previsible y no siquiera una pizca de compromiso. Picotear aquí y allá parece que levanta la autoestima, peso esa sensación de realización afectiva es pasajera y a la larga genera desamor y amargura, sin satisfacer plenamente las verdaderas necesidades afectivas de las personas. La levedad es insoportable. La chica citada al principio del artículo, la cual no tiene novio, pero sale con alguien, entiende
muy bien lo que es la insoportable levedad del ser.
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